Haroldo Toro Gutierrez
El día 6 de febrero del presente año falleció, a los 67 años de edad en su querida casa de Belloto el profesor Haroldo Toro Gutierrez, debido a una penosa enfermedad la que finalmente lo derrotó, luego de una larga lucha enfrentada con gran valentía.
Nació en Chillán el 16 de julio de 1934, su vida estuvo ligada desde siempre a las actividades docentes, ya que su madre era maestra en Linares y luego directora de Escuela en la misma ciudad. Fue un destacado estudiante y terminó sus estudios a una edad muy temprana, lo que se refleja en su incorporación al Instituto de Biología de la Universidad Católica de Valparaíso, como Profesor Titular de la Cátedra de Zoología en 1956, a los 21 años de edad, luego de haber sido alumno, ayudante y discípulo del Profesor José Herrera, gran entomólogo nacional.
Jamás abandonó esa casa de estudios, en la que permaneció por 45 años y desde su llegada a la UCV, creó y desarrolló el Laboratorio de Zoología el que tuvo, gracias a su empuje, un destacado papel en el ambiente nacional, particularmente en el área de la Entomología, en la que el Profesor Toro desarrolló su línea de investigación.
En ese Laboratorio formó un gran equipo de trabajo a partir de sus ayudantes, posteriormente colaboradores, para quienes siempre fue un modelo y un maestro dispuesto a escuchar, dirigir, motivar y apoyar en las diferentes áreas de interés. Algunos de ellos son profesores titulares de la Universidad Católica de Valparaíso y otras Universidades del país, en donde se encuentran actualmente realizando labores académicas.
Obtuvo becas para realizar cursos de postgrado en Universidades de Brasil y Estados Unidos, además de invitaciones para estadías de investigación en la Universidad de California, Kansas, American Museum de Nueva York, en Estados Unidos y Museo de Buenos Aires y de La Plata, en Argentina.
Se destacó por su gran aprecio por la ciencia, su afán de provocar y promover la discusión científica entre sus estudiantes, discípulos y colegas. Enfocó su interés al estudio de las abejas chilenas, describiendo innumerables nuevas especies, siendo reconocido como el mayor especialista tanto en Chile como en el extranjero, en ese grupo de insectos. Recorrió practicamente todo el país con sus estudiantes, con la intención de formar la colección más importante de Apoidea, la que se encuentra actualmente distribuida en la Universidad Católica de Valparaíso y el National Museum de Nueva York.
Trabajador incansable, participó en gran cantidad de proyectos de Investigación, centrados fundamentalmente en Apoidea, tocando diferentes puntos, tales como taxonomía, relación insecto-planta, comportamiento reproductivo y ajuste genital.
En el área docente estuvo siempre preocupado de la relación profesor-alumno, considerando de gran trascendencia la formación del estudiante, en el aula promoviendo elpensamiento reflexivo, la duda, la curiosidad, inculcando con su ejemplo el sentido de responsabilidad, autocrítica y rigurosidad en el trabajo, traspasando, de esta manera, su saber y experiencia, con un sello muy particular que permanecerá entre sus discípulos, para quienes el profesor Toro fue un verdadero maestro.
Su excelencia en el quehacer científico ha sido altamente reconocida por sus pares nacionales e internacionales y su aporte, como tal, se demuestra en las casi 100 publicaciones en diversas revistas científicas y libros, como también su activa y destacada participación en congresos, jornadas, cursos, mesas redondas, seminarios científicos y otros, en los cuales se mostraba como un inquieto, polémico y destacado integrante, cuyas opiniones e intervenciones eran siempre esperadas y que jamás pasaban desapercibidas. En este momento se encuentra, próxima a publicarse su obra póstuma, que corresponde a un texto de Entomología, denominado «Biología de Insectos», la que escribió y desarrolló desde el año 1986, para los estudiantes de Agronomía y Biología, de la Universidad Católica de Valparaíso.
Fue elegido Senador Académico de la Universidad Católica de Valparaíso y participó en cargos administrativos como Director y Secretario Académico del Instituto de Biología, así como también se desempeñó activamente en sociedades científicas del país y del extranjero.
Mucho le quedó al profesor Toro por hacer y entregar tanto en el ámbito científico, como académico y personal, en el que se distinguió por su generosidad y caballerosidad.
Dra. Elizabeth Chiappa
Valparaíso, 2002
P.S.- El Prof. Haroldo Toro fue uno de nuestros más permanentes consultores de trabajos para nuestra revista, destacándose como uno de los mejores; mostrando además una incansable disponibilidad a estos afanes de publicación y revisión, por lo cual debemos un enorme recuerdo para este gran científico.
Dr. Andrés O. Angulo
Concepción, 2002
Texto original proviene de revista Gayana (Concepc.) v.66 n.1 Concepción 2002.
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-65382002000100014&script=sci_arttext
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