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Carpintero negro

Una espectacular ave del bosque nativo.

El imponente Carpintero negro Campephilus magellanicus es un ave que por sus características morfológicas no pasa desapercibida. Su porte e inconfundible figura siempre atraen las miradas de todo ornitólogo y también aficionados a la observación de la naturaleza.

Su estructura corporal refleja lo que todos tenemos como imagen de un pájaro carpintero. Tamaño sobresaliente con desplazamientos verticales o laterales en los troncos de árboles en donde se instala a buscar su comida.

Su canto una vez conocido se hace característico y fácil de reconocer cuando se desplaza volando de un sector a otro. Los golpes que realiza a la corteza de los árboles son otro sonido que es posible detectar a una buena cantidad de metros de distancia. Es difícil ignorar su presencia.
Otra señal para ubicarlos en terreno es durante los inviernos nevados, época en que es factible encontrar restos de corteza sobre la nieve a los pies de los árboles en donde han estado buscando su alimento.

Su requerimiento alimentario lo lleva a desplazarse en forma regular de un lugar a otro en bosques de fagáceas con árboles ya maduros, los cuales por su edad han sido atacados por insectos xilòfagos, cuyas larvas son base importante de la dieta de ésta espectacular ave.

De las observaciones realizadas en terreno (Termas de Chillàn y Las Trancas de la comuna de Pinto), es factible confirmar que la o las crías del Carpintero negro se mantienen junto a los padres por al menos toda una temporada hasta inicios del verano siguiente.
Fue posible, aún cuando el tamaño no difería entre éstas y los padres, poder diferenciarlos entre sí por el tipo de canto diferente que emitían.. Generalmente más fácil de comprobarlo en los momentos en que se encuentran tras la obtención de su alimento, oportunidad en que las crías se acercaban a los padres a solicitarle comida.

En Chile su distribución geográfica se extiende desde la Región del Maule a la Región de Magallanes (Canal Beagle). En Ñuble hemos comprobado su presencia en la cordillera andina de San Fabián de Alico, Coihueco, Pinto y Pemuco.

El “leñador” del bosque

Para no dejar dudas acerca de una calificación que a primera vista aparece preocupante, debo aclarar que ello es parte de las vivencias personales con ésta ave, con ocasión del primer encuentro que tuvimos con ella, ya podemos decirlo, en la segunda mitad de la década del 70 del siglo pasado, en el sector de Las Trancas de la comuna de Pinto.

Sucedió una mañana cuando nos preparábamos a salir a recorrer el sector cordillerano, dejando nuestro campamento sin precaución alguna, ya que en ésa época sí era solitario el acceso a Shangri-La.

Estando todavía cerca de las carpas, escuchamos a la distancia unos golpes atenuados similares a “hachazos”, situación que nos puso alerta y aprensivos a dejar sólo el campamento. Todo esto ante la probabilidad de que hubiera gente extraña en el sector y lo potencialmente negativo de ésta situación para la integridad de nuestros enseres.

Redefiniendo nuestra situación de salida, silenciosamente empezamos a buscar entre los árboles del bosque nativo del sector tras el origen de los “hachazos”.
Los minutos pasaban sin saber exactamente quien era el causante de los ruidos mencionados, ya que éstos se hacían irregulares y no muy repetidos.

Finalmente, en una grata sorpresa comprobamos que se trataba de una pareja de Carpinteros negros que andaban buscando su comida.

Junto con ser nuestro primer avistamiento, de muchos y más agradables que han sucedido hasta ahora, al final del relato podemos concluir que ya sabiendo el origen de los “hachazos” salimos a recorrer el sector sin ningún inconveniente.

Esto confirma que uno no debe quedarse con las primeras impresiones.