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Murcielago Común

Un indeseable morador urbano

Un habitante más que frecuente que en muchas ocasiones pasa desapercibido ya que debido a sus hábitos nocturnos de desplazamiento inician su “día” cuando nosotros nos vamos a dormir.

De los murciélagos existentes en nuestro país, ésta especie (Tadarida brasiliensis) es la única que regularmente podemos encontrar en todas y cada una de las ciudades y poblados de nuestra provincia.

Sus vuelos que realiza desde el inicio del crepúsculo de los días de primavera, verano e inicios del otoño, tienen por objetivo capturar su comida, la cual está constituida especialmente por insectos. Por ello se le considera un animal beneficioso para el hombre ya que con ello controla plagas de diversa índole. Mosquitos, polillas, escarabajos voladores constituyen su dieta alimentaria. Ocasionalmente por su habilidad de caminar, hecho no frecuente en otras especies de murciélagos, le permite también capturar sus presas en el suelo.

En Invierno disminuyen su actividad y caen en un letargo parecido a la hibernación.

Sin embargo se hace indeseable su presencia cuando las colonias crecen en el número de ejemplares y esto especialmente debido a que sus fecas y orines (olor a almizcle) los van depositando en el mismo lugar que habitan. Podemos entonces deducir que éste comportamiento además del ruidoso trajín de sus desplazamientos originan el problema con el cual se hacen evidentes.

En ocasiones hemos detectado colonias bastante numerosas en ejemplares (más de mil en un mismo lugar), que han provocado la inutilización de viviendas y salas de clases cuando se instalan en los colegios. Esto debido a los olores fuertes y desagradables que emanan sus fecas.

Regularmente eligen para vivir las techumbres de construcciones altas (más de tres metros de altura) que les permitan salir de sus madrigueras con un espacio suficiente para dejarse caer e iniciar su vuelo.

Erradamente se piensa que viven en los entretechos pero exactamente utilizan el espacio entre las planchas del techo y el aislante y entablado que lo sostiene. También en recubrimiento de paredes con planchas de zinc y entablados, ubicando sus colonias con exposición norte y poniente ya que con ello aprovechan las calidez que les proporciona el sol, siendo muy resistentes a las altas temperaturas.

Actualmente se les considera portadores de la Rabia, enfermedad mortal que es factible pueda transmitir a otros animales (perros y gatos) y potencialmente al ser humano. Aún así son animales protegidos por la Ley ya que su existencia en la naturaleza es fundamental para controlar plagas que se desarrollarían sin límites ante la ausencia de éstos necesarios pero indeseables moradores urbanos.